El pequeño obrador de El Rosal fue fundado en 1920 por Josep Serra en Tàrrega. Pronto consiguió que sus galletas obtuvieran una gran popularidad gracias a su fórmula, guardada celosamente, su proceso y sus ingredientes de calidad.

Lluís Serra, hijo del fundador, continúa la tarea hasta que se jubila en 2001.

Es entonces cuando decide llamar a las puertas de la Asociació Alba y les propone continuar con el negocio. La entidad inicia un proceso de aprendizaje para conocer el proceso de elaboración artesano usando la misma fórmula centenaria y relanza la marca y el producto desde un nuevo obrador con valor social.

Formamos parte del proyecto social de la Asociació Alba, entidad que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y enfermedad mental del Urgell y la Segarra, ofreciendo servicios y atención integral en todos los ámbitos de su vida, desde una escuela de atención especial, pasando por servicios de vivienda, centros ocupacionales, actividades de ocio y deporte, formación laboral e inserción, etc.

El Rosal es un espacio de trabajo inclusivo donde se da ocupación a personas con dificultad y riesgo de exclusión. La diversidad nos enriquece y nos da una capacidad de innovación original y diferente.

En el 2010 se renueva completamente la marca de El Rosal, la imagen, el packaging y se potencia la comercialización.

En el 2013, gracias a un proyecto de micromecenatge a través de la plataforma de Verkami y la emisión de títulos participativos, recogemos el dinero necesario para realizar el traslado y ampliación del obrador a un nuevo espacio. Iniciamos de este modo un plan de crecimiento del obrador a nivel comercial y de producción que tiene que finalizar el 2018.